bienestar holistico Por Leonardo Anchante

El secreto mejor guardado del Perú para tu salud diaria

El secreto mejor guardado del Perú para tu salud diaria

Hay fechas que simplemente pasan. Y hay otras que —aunque no salgan en todas las noticias— te invitan a hacer una pausa honesta. El Día Panamericano de la Salud es de esas últimas.

Cada 2 de diciembre trato de recordar qué significa realmente “estar sano”. No solo tener análisis normales o no sentir molestias. Me refiero a ese equilibrio silencioso que sentimos cuando dormimos bien, digerimos sin problemas, tenemos energía para trabajar, reír, entrenar y seguir adelante. Un equilibrio frágil, que muchas veces descuidamos sin darnos cuenta.

Hace unos años, en una de estas reflexiones, me hice una pregunta simple:
¿Por qué, estando en un país tan rico en alimentos funcionales, seguía ignorando lo que la naturaleza peruana ofrecía?

Esa pregunta cambió mi forma de comer… y de entender la salud.

Mi primer encuentro real con los superalimentos peruanos

No fue en una feria orgánica ni en un documental de Netflix. Fue en el mercado de mi barrio. Un señor andino, de sonrisa pausada, me ofreció una bolsa de maca. Yo apenas sabía lo básico: “da energía”. Él me corrigió:

“La maca no te da energía. Te ayuda a que la tuya vuelva a ordenarse.”

Esa frase se quedó conmigo.

Según la evidencia, la maca (Lepidium meyenii) contiene carbohidratos complejos, polifenoles y minerales como hierro y calcio. Varios estudios preliminares la han asociado con vitalidad, bienestar hormonal y mayor resistencia. Aunque los efectos específicos varían y no son idénticos para todas las personas, sí existe una base nutricional sólida detrás de este superalimento.

La probé durante semanas. No pasó nada “mágico”. Pero mi energía dejó de tener esos altibajos bruscos. Fui más constante. Ahí entendí que muchos superalimentos no funcionan como un rayo, sino como un amanecer.

Camu Camu: el pequeño gigante de la Amazonía

Otro descubrimiento llegó cuando leí un reporte nutricional que señalaba que el Camu Camu es uno de los frutos con mayor concentración de vitamina C.

No lo sabía.

Cuando finalmente probé un extracto natural, me sorprendió que fuera tan ácido, casi agresivo al paladar. Pero también sentí otro tipo de agresividad: la del impacto nutricional.

La vitamina C, según evidencia bien establecida, es clave para:

  • Fortalecer la función inmune.
  • Proteger contra el estrés oxidativo.
  • Participar en la síntesis de colágeno.

No voy a decir que “me curó de todo”, porque sería falso. Pero sí puedo afirmar algo con honestidad: mi frecuencia de resfriados bajó, y eso es una observación personal, no una promesa universal.

Plantas medicinales: entre la tradición y la ciencia

En mi familia la uña de gato, la muña y el matico siempre han sido parte del botiquín natural, incluso antes de que yo les prestara atención.

Con el tiempo descubrí que no solo eran “cosas de la abuela”. La uña de gato (Uncaria tomentosa), por ejemplo, ha sido estudiada por sus alcaloides oxindólicos. Según literatura científica, posee propiedades antiinflamatorias observadas en estudios in vitro e in vivo.

Esto no significa que cure enfermedades específicas, pero sí que contiene compuestos bioactivos reales con potencial beneficioso.

La chancapiedra (Phyllanthus niruri), famosa por su uso tradicional en el sistema urinario, aparece en estudios preliminares que analizan su posible efecto en la formación de cristales. De nuevo, no hay conclusiones clínicas absolutas, pero sí un respaldo interesante.

Lo que más me impacta es que muchas de estas plantas siguen vivas en la práctica cotidiana de miles de familias peruanas. Y cuando la tradición se mantiene durante siglos, suele haber una razón profunda detrás.

Mi transición hacia los suplementos modernos: el caso del colágeno

Soy de los que miraba los suplementos con cierta sospecha. Hasta que entendí algo importante:

Un suplemento no reemplaza nada. Solo completa lo que la vida moderna deja incompleto.

El colágeno hidrolizado fue mi puerta de entrada. Varias revisiones sistemáticas en revistas científicas reportan resultados positivos en hidratación de la piel y en articulaciones cuando se consume de forma constante (aproximadamente entre 2,5 y 10 g diarios).

No son efectos milagrosos ni idénticos en todas las personas, pero sí son beneficios observados con evidencia clínica moderada, suficientes para considerarlo como un aliado responsable.

Lo probé durante meses y noté cambios sutiles pero reales en mi piel y en cómo se sentían mis rodillas después de entrenar. “Sutil” es la palabra correcta. Pero a veces, la salud es una sumatoria de sutilezas.

¿Por qué cuento todo esto hoy?

Porque el Día Panamericano de la Salud no debería ser solo una efeméride para publicar un flyer. Es una invitación a reconectar con lo que tenemos a nuestro alcance:

  • Alimentos densos en nutrientes como la maca, el cacao, el aguaje, el açaí o la quinua.
  • Plantas medicinales tradicionales con compuestos bioactivos estudiados.
  • Suplementos modernos que complementan lo que nuestra rutina apresurada no siempre cubre.

No afirmo que estos productos sustituyan tratamientos médicos. Eso sería irresponsable. Pero sí puedo decir, con total honestidad, que integrarlos con criterio puede transformar tu bienestar de forma profunda y sostenible.

Lo que aprendí en este viaje

Después de años probando, leyendo, preguntando y escuchando, llegué a tres conclusiones simples:

1. El cuerpo agradece lo natural… cuando es de calidad.

Elegir superalimentos con análisis, plantas bien procesadas y suplementos confiables marca la diferencia. No se trata solo de “algo natural”, sino de algo natural y bien hecho.

2. No existe un “superalimento milagroso”.

Existe una alimentación coherente, rica en micronutrientes, que se construye con constancia. Un hábito no cambia todo en un día, pero sí en un año.

3. La salud es panamericana porque es universal.

Todos compartimos la necesidad de cuidarnos, pero en el Perú tenemos la fortuna de hacerlo con un patrimonio nutricional único. Cada vez que eliges un superalimento local, también honras esa riqueza.

Un recordatorio para cerrar

Si vas a incorporar superalimentos, plantas medicinales o suplementos:

  • Asesórate con un profesional de la salud, especialmente si tienes alguna condición médica.
  • Observa cómo responde tu propio cuerpo y ajusta según tu experiencia personal.
  • Elige productos con origen transparente y análisis de calidad cuando sea posible.

La salud es un viaje, no un destino. Y si ese viaje puede estar acompañado por lo mejor de nuestra propia tierra, ¿por qué no empezar hoy?

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